Mejor no meneallo
- dowlezes
- hace 11 horas
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Si ya funciona bien como está, ¿por qué tienen la manía de cambiar las cosas sin avisar o poniendo un luminoso durante semanas? ¿No pueden dejarlo tal cual y no tocar los cojones?
No hay manera. Cuando crees que lo has conseguido, después de innumerables pruebas, va la plataforma y por su cuenta, te avisa de que todo lo que hiciste, todas las horas invertidas, se irán al garete en un abrir y cerrar de ojos.

Lo primero que se te pasa por la cabeza es una palabrota compuesta por seis palabras. Algunos la acortan utilizando solo tres.
La cuestión es fastidiarte.
¿No sería mejor para todos que si algo funciona, mejor no meneallo?
Tal vez los otros no piensan como tú. Qué más les da. Órdenes son órdenes.
—Peter, aquello que hiciste con la programación automática, sí hombre, lo de recibir un correo cuando alguien se apunta al blog del cliente, pues aquello, entras en el código y lo desactivas. ¿Estamos?
Y Peter, para no perder su empleo, agacha las orejas y lo desactiva aunque se haya pasado tres meses programándolo, con las respectivas pruebas, porque al boss, que es un caprichoso de los cojones, no le hacía gracia.
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Desde tiempos inmemoriales, los humanos hemos tenido una fascinación especial por no meter la pata. Frases como “Mejor no meneallo” son la culminación lingüística de esta filosofía: un aviso ancestral para evitar el caos. Pero, ¿de dónde surge esta sabia advertencia? ¿Es acaso un grito de prudencia o una manifestación de pura vagancia? Este artículo explora ambas posibilidades con rigor científico (y un toque de humor).
Origen ancestral
Algunos lingüistas sugieren que la expresión podría remontarse a los tiempos en que nuestros antepasados tropezaban con excrementos de mamut. Literalmente, moverlo (o "meneallo") convertía una simple molestia en una catástrofe olfativa. Así, esta frase nació para salvar narices y dignidades.
Aplicaciones modernas
Hoy, “Mejor no meneallo” trasciende la biología. Es el lema de aquellos que prefieren ignorar notificaciones de WhatsApp en lugar de abrir debates de 500 mensajes. También se aplica a la tentación de arreglar un electrodoméstico que claramente está más allá de toda esperanza.
Conclusión
En esencia, esta expresión simboliza el equilibrio entre el coraje y el sentido común. En un mundo donde todo puede menease, saber cuándo no hacerlo es un arte. Así que, la próxima vez que te enfrentes a un problema complicado, pregúntate: ¿realmente necesitas moverlo? La respuesta, muchas veces, será un rotundo: “¡Mejor no meneallo!”
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