El guionista insufrible
- dowlezes
- 25 sept
- 2 Min. de lectura
Hugo pensaba que era un genio incomprendido. Día tras día, encerrado en su estudio atestado de tazas de café frío, escribía guiones que nadie quería leer. Sus personajes hablaban en monólogos eternos sobre el sentido de la vida, la muerte y la inutilidad del amor. Cada diálogo era una batalla de egos entre seres insoportables que se creían más listos que el lector.

—El tiempo no es más que una invención patética para darle sentido al vacío —decía su protagonista, un poeta torturado que odiaba a los poetas torturados.
Hugo sonreía satisfecho. Obra maestra, pensaba.
Pero los productores no opinaban lo mismo. Rechazo tras rechazo, empezaron a llegar notas mordaces: "Demasiado pretencioso", "Los personajes son imposibles de soportar", "¿Alguien habla así en la vida real?".
Un día, frustrado, Hugo lanzó su cuaderno por la ventana. Cayó justo al lado de un grupo de niños que jugaban en el parque. Uno lo abrió y leyó en voz alta:
—"La eternidad es un castigo para los que entienden el tiempo."
Los niños se miraron y estallaron en carcajadas.
—¡Qué chorrada! —gritó uno, mientras usaban las páginas como aviones de papel.
Hugo los observó desde su ventana. Por primera vez, entendió algo simple: escribir no era impresionar, sino conectar. Y sonrió.
****
El reloj no dejaba de avanzar. Solo le quedaban tres horas para entregar el guión, y el folio seguía en blanco. Siete días para escribir únicamente el título: «Los Goya 2024».
La papelera y su cabeza estaban a punto de reventar, llenas de frases absurdas que no llevaban a ninguna parte. Los Goya eran su gran oportunidad, pero Alberto llevaba meses sin ideas.
«La culpa es de esos directores de ceremonia engreídos que se creen los amos del mundo», pensó, mientras salía a dar una vuelta sin rumbo.
—¿Acaso no era el mejor? —mascullaba, pateando un paquete de cigarrillos vacío que encontró a su paso..
De repente, una voz que creía reconocer, resonó a su izquierda:—¿Quieres dejar de ser el guionista insufrible de siempre o el mejor de tu categoría? Solo depende de ti.
Alberto giró sobre sus zapatos, decidido.
Sin perder un minuto, se sentó en su sillón de pensar, abrió el portátil y, en quince minutos, envió el guión a la Sede de los Goya.
—Te dije explícitamente que eran diez folios. —¿Dónde está el resto? ¿Quieres responder o qué?
Alberto, atónito, miró la pantalla. Solo había escrito uno.
—Insufrible —murmuró, animado por primera vez en días.
👍🏻👏🏻👏🏻😉