Soluciones creativas: pañales de adulto, súper absorbentes y tecnología punta para cosas que parecen diseñadas por la NASA.
Pero siempre hay una vocecita en tu cabeza diciendo: "¿Esto aguantará un estornudo o estamos jugando a la ruleta rusa?". Adrenalina pura de verdadero deporte extremo.
Dicen que el paracaidismo es para valientes, que escalar montañas es para los audaces, pero el verdadero desafío es la incontinencia. Eso sí que es vivir al límite. Un minuto estás tan tranquilo, y al siguiente el escape inesperado. Y no hay traje de neopreno que te salve.
La incontinencia es ese enemigo silencioso que te acecha en los momentos más inoportunos. En una reunión importante, defendiendo tu gran idea, y de repente tu cuerpo decide hacer su propia lluvia dorada.
Si algo te enseña la incontinencia es a vivir el presente y a llevar siempre un cambio de ropa. La vida no es perfecta, pero ¿quién necesita control total cuando puedes tener una buena historia que contar? Así que, si ves a alguien caminando rápido, como si llevara una misión secreta, no preguntes. Solo déjalo ir.
Reír es maravilloso, a carcajada limpia mejor, hasta que se convierte en una carrera contra el tiempo y la gravedad.
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Sinónimos de incontinencia según la RAE: barullo, caos, descontrol, desenfreno, desmesura, desorden, desorganización, destemplanza, disipación, disolución, escándalo, exageración, exceso, inmoderación, intemperancia, libertinaje, licencia, lío, liviandad, lujuria, vorágine.
Según Lucas, la incontinencia le provoca orinar, miccionar o mearse encima sin control, expulsando, por suerte, fluidos líquidos.
Se encuentra en un bar lleno de gente. Hay tanto barullo que está a punto de convertirse en un caos.
A toda velocidad localiza esas dos letras que, probablemente, le salvarán del ridículo: WC. Al fondo a la derecha. ¡Qué raro, no!
La barra está demasiado llena de gente. El descontrol es una exageración. Todo son copas, bocadillos y botellas de cerveza en cualquier dirección.
Hace dos meses que vive en un constante desenfreno. Su vida ha dado un vuelco que le ha sumido en un desorden apabullante. La desorganización le provoca destemplanza.
Llega al baño. Abre la puerta y levanta la tapa. Con la vorágine que hay afuera, intenta concentrarse. Es un lío con tanto utillaje.
Sin pañales, aprecia una disipación en el pantalón y la disolución por la zona del bajo vientre.
Con tendencia a la lujuria, se dispone a orinar. Recuerda aquellas épocas de libertinaje cuando tenía licencia para mear en exceso.
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El chorrito de pis bajaba por mi pierna sin que yo pudiera evitarlo. Todo sucedía cuando me levantaba del WC y me disponía a subir mi ropa interior, a veces, incluso, cuando ya la tenía en su sitio bien colocada. Limpiarme con el papel, de manera tradicional, parecía no ser ya suficiente, haber evacuado “toda” la orina, tampoco. Siempre quedaba ese poso invisible que se decidía a salir en el momento menos adecuado y oportuno mojando mi pierna e incluso mis braguitas.
No me quedó más remedio que adoptar una nueva técnica, antes de levantarme del inodoro; bastante papel en mano, situarlo en la zona que ya os podéis imaginar, para seguidamente levantarme, sin temor a las temidas y molestas pérdidas.
¡Te tengo! Una leve sonrisa se dibujaba en mis labios, satisfecha de haber conseguido mi objetivo.
Esta situación no resultaba nada cómoda así que entré en google y leí: “Perifit, inserta el dispositivo y juega con tu móvil”, ¿cómo?, ¡increíble, no puede ser verdad!
Lógicamente pasé de comprarme este novedoso dispositivo y me apunté en un centro para hacer… hipopresivos. En unos meses mi problema estaba resuelto y lucía, además, un increíble vientre plano. Gracias, gracias, gracias.
by solillum
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