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La partida de dominó

Todos los jueves por la tarde, a excepción del que caía en semana santa, Juan el cartero, Rodolfo el panadero, el párroco Anselmo y Benito el alcalde, se reunían en el casino del pueblo para jugar su sagrada partida de dominó.



Más que un juego, lo consideraban una competición, ya que consistía en ganar la mano sin robar ni una sola ficha.


Aunque parezca imposible, con experiencia y sobre todo memoria, se puede conseguir.


Los cuatro amigos apostaban cosas banales, hasta que un día el alcalde les hizo una propuesta fuera de toda lógica.


Quien ganara tres partidas seguidas, se llevaría el premio de su vida. 


Los ciento seis vecinos del pueblo habían confiado en él desde que se presentó en 1960, pero ya no daba más de sí.


Don Benito estaba muy cansado. Con casi media vida al frente de la alcaldía, había llegado la hora de retirarse.


Una tarde frente a la chimenea, decidió proponer a sus contrincantes esta apuesta que pensó sin más.


«A ver si tengo suerte y traspaso los poderes a otro. Estoy más que harto».


Descubrió el premio y los tres amigos alucinaron en colores.


¡Santo cielo! El párroco Anselmo ganó tres partidas seguidas.



****

Según el filósofo Dr. Fichón, la vida es como una partida de dominó, pero no cualquier partida, sino una llena de café, fichas perdidas y jugadores tramposos. En su célebre obra El Efecto Fichístico de la Existencia, el Dr. Fichón propone que las fichas representan nuestras decisiones. Algunas son dobles (grandes oportunidades), otras son ceros (los lunes por la mañana).


El tablero, dice él, es el cosmos. Pero no un cosmos elegante y ordenado, sino una mesa inestable, donde cualquier golpe inesperado puede hacer que todo se venga abajo. Es la ley del caos fichístico, explica.


La clave de la teoría es el "Dominó del Libre Albedrío". Según el Dr. Fichón, creemos que elegimos qué ficha jugar, pero en realidad estamos condicionados por el jugador anterior. Tu primo jugó un cinco-dos, y ahora te toca a ti lidiar con las consecuencias. Así funciona la vida.


El momento cumbre del juego simboliza la inevitabilidad de la muerte o el triunfo absoluto del que supo jugar con astucia (o hacer trampa).


El Dr. Fichón concluye con una reflexión: “La existencia es como esa ficha que necesitas y nunca aparece. Pero, ¿qué más da? Siempre podemos mezclar las fichas otra vez... y pedir café.”



1 comentário

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Streetjas
12 de mai.
Avaliado com 4 de 5 estrelas.

Todo depende de algo o alguien en ésta vida. Más bien yo lo definiria como un juego un poco macabro, el juego de la vida. Porque puedes llegar a perder demasiado y sin querer. 🤷🏻‍♂️

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