top of page
Buscar
dowlezes

Propósitos

Actualizado: 13 nov

Media vida creando propósitos que, muy probablemente, no se cumplan jamás, pero ese tiempo que invertiste en escribirlos en tu cuaderno de propósitos ya no lo recuperarás.


Cosas como «de este año no pasa; me apuntaré a sueco en la escuela de idiomas porque no me pude comunicar con aquella muchacha sueca…» y, evidentemente, no te la pudiste agenciar por no saber ni siquiera inglés.


Siguiendo con el ejemplo de la escuela de idiomas, «Iré los martes y jueves», pero resulta que no te acordabas que el martes tenías clase de piano. «Me dará tiempo, total el piano solo es una hora».


¿No recuerdas que tu propósito era que en un año querías presentarte al conservatorio de música para subir de grado?


Otro propósito que no va a cuadrar con la semana loca de horarios diseminados que tienes otorgados a tu lista de propósitos que siempre, por una razón u otra, acaban en la vía muerta.


¿De dónde nos viene esa falera de acumular propósitos? ¿Nos comprometimos con alguien para llegar a algún tipo de meta surrealista? ¿Tus padres te exigieron que hicieras esto o aquello por tu bien?


«Mi querido hijo, ¿cuál es tu verdadero propósitos en esta vida?



****

¿Nos podemos hacer propósitos? ¿Se cumplen?


Hacerse un propósito es fácil, conseguir que sea una motivación, un impulso, es algo muy diferente.


El alter ego más o menos pronunciado que todos tenemos, el yo que habita dentro del yo principal, no se puede identificar fácilmente. El mío lo reconozco hace tiempo, y por eso me perturba profundamente. Altera mi serenidad cuando quiere tomar decisiones contrapuestas a las mías, cuando creo que las cosas se tienen que hacer de otra forma y chocan de lleno con las suyas.


El conflicto constante que siempre tengo con el otro yo que habita en mí me ha llevado a bautizarlo como mi vecino del ático. Será porque lo ubico sentado cómodamente encima de mi cabeza, colgando sus huevos por mi frente.


Es agotador estar siempre pendiente de las decisiones que toma este vecino, del camino que me indica, sin fuerza para rebatirlo. Me deja sin energía y claudico con obediencia ciega y resignada a las imposiciones de un amo seguro, firme hacia el esclavo debilitado y enjuto.


–¿Piensas que siempre será así? –Le pregunto de vez en cuando. –Sí, siempre, no tienes remedio. –Contesta, el muy cabrón– Estás atrapado en la debilidad y ahora mando yo.


Es terrible pensar que el «ahora mando yo» puede querer decir desde siempre y por siempre jamás. ¿Y si ha sido siempre así? Por la relatividad inherente que tiene con el concepto tiempo, un ‘ahora’ puede ser ambas cosas a la vez, un momento o toda una vida.


1 visualización0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Cosas de la vida moderna

La vida moderna es como un videojuego en modo difícil, pero sin tutorial. Uno de los grandes misterios de nuestra era es por qué,...

Enamorarse

Enamorarse es como instalar un mueble de Ikea sin instrucciones. Primero piensas: "¿Qué tan difícil puede ser?" Y luego, seis meses...

Kommentare

Mit 0 von 5 Sternen bewertet.
Noch keine Ratings

Rating hinzufügen
bottom of page