Vivir solo

Ventajas e inconvenientes de vivir solo:

• (v) gastas menos en jabón

• (i) si te pica la espalda no te la rascas bien

• (v) puedes escoger la película que te apetezca y comer cuando quieras

• (i) no tendrás con quien comentar la película ni preguntarle si le gustó el papel del protagonista

• (v) no has de dar explicaciones de nada a nadie

• (i) si hace frío en la cama, no tienes con quien hacer la cucharita

• (v) si hace calor, no querrás hacer la cucharita

• (i) cuando hablas contigo, te pones de acuerdo casi siempre

• (v) aunque no penséis igual, es saludable escuchar a otro humano tocándote la pera por la casa

• (v) cuando te encuentras mal, tu pareja te puede preparar una sopita caliente

• (i) si estás malo, la sopa te la va a preparar tu tía Engracia

• (v) si no te apetece, no celebras el fin de año; te vas a dormir cuando tengas sueño y punto

• (i) no puedes brindar con tu pareja y desearle buenos augurios, feliz año nuevo y esas cosas

Seguro que hay infinidad de inconvenientes y ventajas, pero necesitaría más espacio y ahora lo tengo ocupado con un montón de ropa que no recogí.

by Xanco

****

Manuel había pasado tanto tiempo solo que la soledad se convirtió en su compañera fiel. Al principio, la casa vacía era un eco constante de sus temores, pero con los años aprendió a disfrutar del silencio, de las horas interminables donde solo él decidía. Se decía que la soledad era mejor que la decepción de compañía mal elegida.

Sin embargo, en las noches frías, cuando el viento soplaba a través de las ventanas, Manuel deseaba otra voz. Un ruido que no fuera el crujir de las paredes o el tintineo del reloj. Soñaba con alguien que llenara los huecos del espacio que él habitaba con tanto cuidado.

Una mañana, encontró una taza sucia en la mesa. Él no recordaba haberla dejado ahí. Luego, por las noches, juraba escuchar pasos leves en el pasillo, un ruido detrás de la puerta cerrada. La soledad empezó a desdibujarse, y en su lugar quedó algo más inquietante: una presencia.

Intentó buscar explicaciones. "Es mi imaginación", se repetía. Pero la sensación creció, hasta que una noche, sentado en la oscuridad, escuchó una voz suave: —No tienes por qué estar solo.

Manuel nunca quiso tanto tener compañía como en ese instante, pero cuando giró la cabeza, no había nadie... al menos nadie que él pudiera ver.

by Culturanima