top of page
Buscar

Ya no se sostiene nada

No sé vosotros, pero si escucho la palabra sostenible una vez más, voy a sostenerme... de no gritar. En algún punto, este término dejó de significar algo que ayuda al planeta y se convirtió en la salsa de soja del lenguaje: lo echas a todo porque queda bien.



Ahora todo es sostenible: moda sostenible, viajes sostenibles, oficinas sostenibles... ¡hasta el jamón serrano se subió al tren de la sostenibilidad! (porque, claro, los cerdos ahora leen poesía y meditan antes del sacrificio). Pero seamos honestos: lo único sostenible de muchas de estas cosas es la habilidad del marketing para inflar precios.


La sostenibilidad se nos fue de las manos cuando empezamos a vender pajitas de bambú empaquetadas en plástico y a llamar "eco-lujo" a un retiro en Bali que te cuesta lo mismo que la matrícula de una universidad. Y no olvidemos los "emprendimientos sostenibles" que prometen salvar al mundo... siempre y cuando tú lo financies.


¿No sería más sostenible que dejaran de imprimir tantas etiquetas verdes y empezáramos a hablar de cosas como producir menos residuos o no comprar porquerías innecesarias? Pero no, eso no vende.


Así que aquí estamos, rodeados de sostenibilidad. ¿La solución? Ignorar a las marcas y volver a lo básico: menos drama, más sentido común. Eso sí que sería sostenible.



****

Ha llegado un momento en la historia de la humanidad en que todo se sostiene con pinzas. Mires donde mire está todo irreconocible. Como no se haga algo con carácter urgente estamos llegando a un punto de no retorno. Ya no se sostiene nada.


Guerras enquistadas y otras que se fabrican para vender armamento. Desolación natural. Expulsiones masivas de gases venenosos a la atmósfera. Locuras políticas. Calentamiento global. Exterminios humanos, animales y sacrificios vegetales están creando un futuro bastante desolador.


Las nuevas generaciones, esos chavales que ahora tienen diez años, ¿qué se encontrarán cuando tengan veinte, treinta?


Tal como está el patio, creo que deambularán por un mundo patas arriba, como ocurre en esas películas de desastres, a no ser que haya un cambio absolutamente radical y gane, por una vez, la bondad, la razón y el equilibrio.


Los mayores, tenemos la obligación de darles una oportunidad.


Se merecen un mundo mejor, siempre que no se tuerzan como pasa actualmente con esos indeseables que solo persiguen su bienestar personal.


Esperemos que sus comportamientos no se dirijan hacia la oscuridad.


Desde ahora mismo, deberíamos luchar para darles aquella oportunidad que nosotros no hemos sabido proteger.


Aún queda un poco de esperanza.


1 Comment

Rated 0 out of 5 stars.
No ratings yet

Add a rating
Streetjas
Apr 25
Rated 5 out of 5 stars.

Totalmente de acuerdo. Al final todo es un sinsentido. 🥺

Like
¿Te apuntas al blog?

Envío correcto, ¡gracias!

Donate with PayPal

​Nos puedes ayudar con aportaciones a través de PayPal  Muchas Gracias

© 2025 Dowlezes

bottom of page